martes, 4 de febrero de 2014

La nueva Edad Media

Existen sin lugar a dudas varias dimensiones. En una nos movemos las personas normales y corrientes que nos enfrentamos en el día a día a situaciones tan emocionantes como  es sobrevivir con cuatrocientos euros al mes o trabajar en una hamburguesería a pesar de hablar tres idiomas y contar con dos masters.

En la otra, con mucho más glamour y luminosidad, la clase dirigente, los banqueros, los Ibex 35 y todos aquellos cuya vida es lo más parecido a un anuncio de los mundos de Yupi.

Y digo esto porque cada vez estoy más alucinada. Oír las declaraciones de unos y otros se ha convertido, por lo menos para mi, como contemplar el mundo en un espejo del callejón del Gato. Es imposible apreciar la realidad más distorsionada.

No obstante,  esta realidad es tozuda y hoy, nuevamente, nos dice que ha aumentado el número de desempleados. Negro dato después de haber tirado los cohetes de que nos estamos recuperando económicamente.

Por eso hablo de las distintas dimensiones: en la suya, en la de este gobierno de incapaces y caras duras, la recuperación económica es un hecho. En la nuestra, en la de los curritos de a pie, que todos los días tenemos que luchar con el panorama de tener menos- menos dinero, menos derechos, menos trabajo, menos ilusión- pintan bastos y  la cuesta se hace cada vez más empinada.

 Claro, que eso no es nuevo. En la Historia podemos encontrar ejemplos parecidos o casi similares, que creíamos superados. Se llamaban sociedades estamentales. Entonces esas clases privilegiadas se refugiaban en sus castillos, con unas murallas que le permitían aislarse de los vasallos, de los siervos. Hoy se refugian en los Parlamentos, Ministerios, consejos de Administración o FMI. Pero exigen lo mismo: la sangre, el sudor y las lágrimas de la  cansada y desilusionada  ciudadanía para sostener un feudalismo disfrazado de democracia.


Dos dimensiones que tienen todas las bazas para acabar coincidiendo en una nueva Edad Media.

Sed felices.


4 comentarios:

  1. Si, puta nueva Edad Media pero sin guillotinas que nos hagan iguales. Cada vez menos clase media y más actos con impunidad...un asco. Los reyes y nobles siguen campando a sus anchas. Menos mal que yo soy juglar...

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  2. Eso está bien: los juglares ayudaron a llevar los romances y las leyendas al pueblo y a entretenerlos en sus difíciles vidas. Gracias por tu comentario, Carlos.

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  3. No estoy de acuerdo en lo del Glamour, esa gente carce totalmente de el, una cosa es tener poder y aprovecharse de esas circunstancias, sin pensar en todos los cadaveres que van dejando en su camino, pero estos de glamour y luminosidad no tienen nada...ya podia ser esto la edad media, esto que estamos viviendo se acerca mas a la edad de piedra.....

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  4. Peor que la Edad media, nuestros gobernantes se comportan como los leones. Ya sabéis, el macho come hasta saciarse, luego las hembras se llevan los restos, y los cachorros pueden morirse de hambre, si no los matan antes las hienas.

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