domingo, 16 de febrero de 2014

Que me saquen un ojo...!

Odio la mezquindad.

Me parece una mezcla repulsiva de envidia y mediocridad que da como resultado poner  palos en las ruedas, constantemente, a cualquier acción que se intenta iniciar.

A veces me parece increíble la incapacidad de algunas personas para  percibir en los actos de otros la voluntad de hacer cosas positivas, teniendo como único interés machacar de una manera destructiva, sin dejar ni un atisbo a las sugerencias constructivas.

 Para estas personas es duro entender que alguien actúe sólo por convicciones y principios, sin esperar nada a cambio, y son capaces de no extender una mano aunque sea sólo para no ahogarse.

En mi vida me he encontrado, por desgracia, bastantes veces con personas así, y es agotador tener que nadar con ellas contra corriente. Son exactamente como aquel del chiste que para perjudicar a su enemigo,  al que el rey le había prometido darle el doble que a él , pidió que le sacaran un ojo...

Una pena. Porque como antes he comentado no dejan que se avance: son siempre como un lastre imposible. No obstante, yo soy un hueso duro de roer, incluso para estos especímenes. Con ellos aplico el principio de "ladran, luego cabalgamos"... Y sigo caminando.

Sed felices.

3 comentarios:

  1. Comparto la misma sensación, hay que seguir, no se puede estar pendiente a diario de cada queja, y hay que hacer las cosas por convicción propia no por aplausos ajenos. La literatura es un camino largo y complejo y no caben demoras. Feliz viaje, Elena, y suerte en ese camino.

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  2. Un abrazo, amigo mío. Y gracias por estar siempre ahí.

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  3. Si no se comparte la idea puesta en acción que menos que respetarla aunque no se siga.
    Machacar a alguien por poner en acción sus ideas está muy feo. Otra cosa sería participar.
    Saludos.

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