Siempre tengo grandes dificultades en hacer las maletas cuando me marcho de vacaciones. Empiezo a pensar que voy a necesitar y no veo el fin. Camisetas, pantalones, faldas, zapatos y zapatillas se comprimen , desafiando la leyes del espacio, a la espera de ser usadas y una vez llegada al lugar del destino se expanden ocupando armarios y cajones....Y ahí continúan semanas después, porque al final me paso la mayoría del tiempo con el bikini, el pareo y las chanclas.
Quizá en la vida comentamos el mismo error. Llenar el equipaje vital de cosas materiales, de necesidades creadas que, a la postre, sólo van a lastrar nuestro camino, que incluso nos incomodan y que al final deberemos de abandonar.
En fin, terminaré de hacer el equipaje. Mañana inicio las vacaciones y cierro este blog hasta la vuelta, que, como con las maletas, abriré para iniciar con renovadas energías, espero, el nuevo curso.
Un abrazo y sed felices.
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