No es que yo sea aficionada a la fiesta de los toros, todo lo contrario. Soy "mugrilla", y a mucha honra, pero para describir los acontecimientos económicos y políticos que se han ido sucediendo esta semana no se me ocurre un símil mejor que el de "rueda de peones". Como todo el mundo sabe, y si no se lo cuento yo, se trata de una maniobra en la que los subalternos del espada se sitúan formando un círculo alrededor del toro, ya herido de muerte por el estoque, echándole el capote al morro, con el fin marearle y acelerar su caída en la arena, y una vez allí, descabellarlo. El toro, picado, banderilleado y estoqueado cabecea de lado a lado, agonizando. Por fin, cae, el matador se acerca y clava el descabello.
Este imagen, cruel de todas todas, tomó forma en mi cabeza viendo ayer las noticias (sigo sin escarmentar) y escuchando declaraciones, informes y demás ataques al gobierno español por parte de la oposición, los mercados, los indignados....
Si el toro ya está herido de muerte, ¿Por qué no esperar que doble? La pena es que el que quiere convertirse en primer espada, hasta ahora, sólo ha sabido hacer el Don Tancredo.
Sed felices.
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