Acabamos de eliminar a Alemania y vamos a jugar la final del campeonato del mundo de fútbol. Hemos sudado viendo este último partido, y no sólo por el tremendo calor...
Otra vez los deportistas nos dan una lección de superación. Si recordamos el primer partido de clasificación contra Suiza, fue una derrota, pero en vez de tirar la toalla, la confianza de los jugadores y del entrenador ha hecho el milagro.
Vamos a ser como poco subcampeones del mundo. En uno de los primeros blogs hablaba del fenómeno de Mandela y del equipo sudafricano de rugby que consiguió cohexionar a un país dividido. Nunca he visto tantas banderas españolas colgadas en los balcones sin que por ello se identificara con ninguna adscripción política. Creo que necesitabamos este revulsivo.
Y el domingo ¡Campeones!.
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