jueves, 18 de mayo de 2023

ODIO

Al cabo de los años, al cabo de todo lo que este país ha vivido, no hemos sido capaz de erradicar el odio que existe. En algunos casos se ofrece sin tapujos, en otros disfrazado de razonamiento lógico, datos, y cifras. En todos mostrando la incapacidad de compartir una escala de valores en la que lo principal ha de ser tener la capacidad de dialogar, de comprender que aunque seamos distintos no tenemos que ser diferentes cuando hemos de afrontar la adversidad.
 
Mostramos un odio genético, justificado por los desmanes que otros hicieron, sin darnos cuenta de que la sangre de los padres no puede, no debe, caer sobre la de los hijos. 
 
Incapaces de quitarnos el miedo a perder, malgastamos las oportunidad de vivir en paz y en armonía.
Porque ahí está la raíz de todo: el miedo. Miedo al que piensa distinto, miedo al que se muestra distinto al amar, al opinar, al votar.
 
Se ha abandonado la capacidad de comprender, de preguntar, para simple y llanamente juzgar. La impresión que da esta sociedad es la de un sistema de sectas cuyo credo propio en cada una es el que importa, sin ser conscientes de que una sociedad sana no lo es solo porque su cuerpo está sano, sino porque también lo es su mente, su espíritu.
 
En este pandemonium en el que las palabras ya solo son exabruptos, en el que ya no existen adversarios sino enemigos, en esta guerra encubierta en la que nos encontramos de nuevo las dos Españas, el tiempo se nos va de entre manos mientras la vida pasa indiferente a tanto desatino egoísta.

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