Me doy cuenta de que cada vez distancio más el tiempo con que me relaciono con la literatura.
Una novela medias, una obra de teatro a medias, un libro de poemas por corregir me esperan todos los días, pacientemente, a que vuelva a esa tarea que otrora era mi vida.Escribir fue durante mucho tiempo mi salvación., y ahora lo echo mucho de menos también. Hay días que lo siento como ese miembro fantasma que cuentan, que aún amputado sigue percibiéndose a veces con dolor.
Pero tengo que reconocer que mi cabeza no da para tanto. Este tiempo político, del que por supuesto no me quejo, sino, por el contrario, me siento orgullosa, me tiene abducido el pensamiento y del él surgen pocas ideas literarias. No obstante me obligo a escribir, como el atleta entrena todos los días.
Quisiera, mis queridos lectores, ser capaz de expresaros este "quiero y no puedo" que me invade cuando, ante la pantalla del ordenador, me exijo escribir aunque sea una línea. Y no, no es cuestión de inspiración, sino, más bien de expiración, de sacar hacia fuera lo que se esconde en mi interior. Pero a pesar de todo, de estas dificultades que os comento, de mí surgen poemas, relatos, artículos, o post como este que hoy os escribo. Algunos se abren como una flor y exhalan ese perfume literario, otros en cambio, responden más a la técnica adquirida, pero les falta alma. Quizá la pandemia me ha desgastado más de lo que yo creo.
Este fin de semana he recuperado, de alguna manera, ese latido literario a través de la presencia de Ondina Ediciones en la Feria del Libro de Rivas. De alguna manera, sí, he vuelto a sentirme escritora, y arropada por quienes se acercaron a la firma de mis libros. Verme rodeada de mis novelas, de mi poesía me recordó todas esas sensaciones que, cuando los escribía, me invadían; esa emoción de llegar al último capítulo, esa sensación de cerrar un poema.
Volveré a esos tiempos, seguro. La literatura, la escritura y yo somos inseparables, porque está en mí, aunque algo dormida, como esas semillas que esperan la primavera para germinar. En este caso será el otoño, o quizá el invierno, con su recogimiento los que provoquen que tiempo y escritura vuelvan a coincidir.
Sed felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario