Ante todo: ¡Feliz Navidad!
Me niego a desperdiciar cualquier oportunidad para desearos que seáis muy, muy felices, aunque sea con esa felicidad cosida a pequeñas puntadas, doméstica, a través de quienes nos acompañan y rodeados de pequeñas cosas. Tal vez, estas circunstancias que vivimos nos hagan ver, como a mister Scrooge la auténtica realidad.
Soy una fan impenitente del cuento de Dickens, creo que todo el mundo lo conoce. Me parece que el escritor inglés supo reflejar en esa larga parábola lo que al final es la esencia del ser humano y que, una vez y otra, seguimos olvidando. Nada importa si no tenemos con quien compartir.
¿En qué momento el avaro Scrooge decide que su vida será la soledad? Difícil de determinar, pero quizá cuando lo material, aquello que valoramos tanto, se convierte en el epicentro de su vida, borrando todo lo demás, que, bajo su criterio solo son ¡Paparruchas!Sé que este tiempo navideño para muchas personas son más que una pérdida de tiempo, incluso hay quien la clasifica de "rancias". Tal vez sea, entonces, no se paran a pensar que hay realmente de trás, que nos empuja a muchos y a muchas celebrar estas fechas. En mi caso recibir, pero sin miedo, a esos tres fantasmas que me vienen a visitar cada año, pero en este caso con cálidas y esperanzadoras imágenes.
Ayer, en la cena de Nochebuena, en casa de mi hijo mayor el fantasma del pasado me recordó aquellas noches en la que no era yo la cocinera, sino mi madre o mi abuela, mientras mi padre cantaba villancicos con mis hermanos y conmigo. Recordaba las sonrisas, la luz tan especial y los abrazos de mi abuelo. Luego, el de las navidades presentes se sentó con nosotros a la mesa y me susurró al oído: "qué afortunada eres", mientras señalaba a mis nietos Martina y Adrián....
Volviendo a casa, recorriendo las calles silenciosas, pero iluminadas por las luces navideñas, pensé en Mister Scrooge, y me di cuenta de lo que valen esas ¡paparruchas!, aunque cuesten pocas monedas... Vivir el pasado con cariño, el presente con agradecimiento... Y en una esquina me pareció ver a mi fantasma del futuro que me guiñó un ojo y me sonrió...
No sé si alguno de vosotros, mis queridos lectores, os han visitado vuestros fantasmas anoche. Si ha sido ha sido espero que también, como a mí, os hayan mostrado que, a veces, hay que ser un poco ingenuo y creer en la magia de unas fechas que hace, como ahora, estar cerca a pesar de estar tan lejos...
Por cierto, al todos los "otros" mister Scrogge, esos que no son capaces de renunciar ni un día a la amargura y al rencor,,, , ¿vinieron a verles los fantasmas?
Sed felices.
(Ilustración (c) Elena Muñoz. 2020)
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