viernes, 1 de noviembre de 2019

Si de ti depende

Hace unos días podía leer en las redes sociales una pregunta acerca de qué se podía hacer ante la frustación. Mi comentario fue: "ocuparte de lo que de ti dependa".

En infinitas casiones nuetra tristeza o impotencia viene dada porque nos damos cuenta de la imposibilidad de remediar los problemas que nos acucian, sin darnos cuenta de que en una gran cantidad de veces esa solución no depende de nosotros.

Vivimos en una sociedad en la que, fundamentalmente los medios de comunicación nos  enfentan día si, día no, a hecatombes, apocalipsis y desastres. Las sentencias de "irremediable", "no hay marcha atrás", "es el principio del fin", trufan cada una de las imágenes de inundaciones, desiertos, e informaciones económicas.

Al mismo tiempo que todo esto sucede nos damos cuenta de que poco podemos hacer para que el pirado de Tump entre en razón, o que el cambio climático se pare, nuestra intervención es mínima como "curritos de a pié".La primera reacción siempre es de desánimo, pero entonces nos tenemos que dar un tiempo de reflexión para centrarnos en aquello que sí depende de nosotros.

Dice un refrán popular (ya sabéis que adoro los refranes) que "un grano no hace granero, pero ayuda al compañero". Seamos ese grano, ese eslabón de una cadena que finalmente afianzará los principios y los valores en los que que creemos. Participemos en la sociedad en la que vivimos, desde dónde hemos querido colocarnos y empujemos, empujemos para que toda la armazón que sostiene este sin sentido caiga.

Seguramente no llegaremos, por ley de vida , a ver los grandes cambios a los que nos enfrentamos hoy, pero si somos capaces de hacer que cunda nuestro ejemplo desde lo positivo, desde irradiar una energía que haga que más personas encuentren el sentido también
a su vida, seguramente, la sensación de estar perdiendo el tiempo desaparecerá.

Los grandes cambios de las Historia no se hicieron ni por un invento, ni por un día. Fueron realidad porque hubo quien convenció con su entuasiasmo a muchos, y estos fueron capaces de expandir ese mensaje.

Valoremos por tanto aquello que aportamos, aunque sea para nosotros ínfimo, pero que asumimos como nuestra responsabilidad. Recordemos que una gota, si persiste, acaba horadando una montaña.

Sed felices.


2 comentarios: