
Sé que es primavera porque el árbol que veo desde mi ventana ha cumplido una vez más con esa promesa vital y me muestra ya esos pequeños brotes como deditos verdes que señalan al cielo, de donde esperan la lluvia, este año cicatera, y la luz del sol. Se me llenan los ojos de esa majestuosidad en que se eleva con la dignidad de quien sabe cumple con su cometido, incluso cuando su desnudez invernal le coloca desprotegido ante los elementos.
Me duele el desagradecimiento con la naturaleza: sin ella mis ojos al asomarme solo verían un montón de ladrillos, aluminio y cristales. En cambio, su presencia me cuenta el paso de ese tiempo que él ha aceptado y que yo también asumo, porque es mi única certeza.
Una vez más es primavera.
Sed felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario