domingo, 24 de marzo de 2019

Una vez más es primavera

Nos asombramos de lo rápido que pasa el tiempo, ese tiempo al que consideramos nuestro enemigo porque nos hace envejecer, perder  a nuestros seres queridos, agostar las ilusiones. Los seres humanos hemos inventado relojes, calendarios de todo tipo para medir ese tiempo, como si mensurarlo fuera suficiente para controlarlo. Vano intento, porque más allá del pasar de los meses o de los días, a los que hemos nombrado para hacerlos también nuestros, la naturaleza nos señala el devenir de los ciclos vitales, y nos pone ante nuestro ojos toda evidencia.

Sé que es primavera porque el  árbol que veo desde mi ventana ha cumplido una vez más con esa promesa vital y me muestra ya esos pequeños brotes como deditos verdes que señalan al cielo, de donde esperan la lluvia, este año cicatera, y la luz del sol. Se me llenan los ojos de esa majestuosidad en que se eleva con la dignidad de quien sabe cumple con su cometido, incluso cuando su desnudez invernal le coloca desprotegido ante los elementos.


Me duele el desagradecimiento con la naturaleza: sin ella mis ojos al asomarme solo verían un montón de ladrillos, aluminio y cristales. En cambio, su presencia me cuenta el paso de ese tiempo que él ha aceptado y que yo también asumo, porque es mi única certeza.

Una vez más es primavera.

Sed felices.




No hay comentarios:

Publicar un comentario