En 2011 le regalamos a Rajoy ( por acción de unos y omisión de otros) una mayoría absoluta cuya gestión nos ha costado a los españoles sudor y lágrimas, recortes en todos los ámbitos y un pérdida de calidad de vida que nos ha retrotraídoal pasado hasta no se sabe cuándo. Pero en vez de machacar a este gobierno nefasto, sus votantes sacan pecho y lo elevan hasta el primer lugar de las encuestas. Y si los electores no lo remediamos, volverán a ganar las elecciones.
Al otro lado, como siempre, la izquierda fragmentada procurando que "si a ti te sacan un ojo a mi me sacan dos ojos, socialistas a ser posible". Y en medio, como una azucena en un campo de coles, Ciudadanos, la Inmaculada concepción de la política española, cuyo tufillo a derecha lavada con Vernel envuelve como un halo a su líder.
¡Qué fácil de tragar bolas cuando la boca es como una espuerta! Promesas, promesas hasta meter y después de metido olvidar lo prometido.Tal y como está el país no vale con decir el qué se debe hacer, sino cómo y que, además, sea posible. Escucho a candidatos hablar de medidas como si España fuera una isla en la nada, como si no dependiéramos de Europa, como si España fuera la primera potencia mundial. Banal parece haber sido la experiencia de Grecia.
Esta campaña se ha convertido en un espectáculo mediático que ya quisieran muchas estrellas del rock, en la que los principales líderes repiten sus mantras, mientras que las encuestas los llevan y traen como olas movidas por los vientos de la conveniencia. Pero obras son amores y no buenas razones.
En Madrid Ciudadanos está sosteniendo el gobierno del PP en la Comunidad y con su voto impidió la investidura de Gabilondo. En Cataluña llevan en el parlamento un montón de años y, que yo sepa, no han hecho ni el huevo. Tened por seguro, y me juego pollos contra pajaritos, que apoyarán sin duda a un nuevo gobierno del PP tras las elecciones.
Respecto a Podemos lo que han conseguido es cargarse con luchas palaciegas e intestinas a un partido que sí puede presentar experiencia y solvencia como es IU (del que no hay sospecha de que yo sea fan). Desconozco cuál es realmente su ideología. Bueno, sí, es un sucedáneo de la del PSOE. Estoy segura que su líder sueña con convertirse en un nuevo Felipe González.
En cuanto al partido socialista, ¡qué decir! . Es como si hubiera un pacto prelectoral para denostar y atacar al PSOE y a su candidato por parte de todos los partidos, incluidos los emergentes (Iñaki Gabilondo dixit, no yo).Yo suelo decir que a muchos españoles le ocurre con el PSOE lo que a algunos jóvenes con su padre, una especie de complejo de Edipo mal resuelto. Ante problemas que no son responsabilidad directa de su progenitor se cabrean y le echan la culpa por no haber buscado soluciones. Así ha sucedido con la machacona letanía que tan bien le vino al PP de que la culpa de la crisis económica la tuvo Zapatero.Y esto no es cierto, aunque se grabe en piedra, ni nunca lo ha sido, ni nunca lo será. Porque, a pesar de los errores cometidos, que los ha habido, jamás los ciudadanos han disfrutado de un estado de bienestar mayor que cuando ha gobernado el PSOE.
No seré yo la que aconseje a nadie, pero dejadme, mis queridos lectores, desearos que os acerquéis a las urnas con la inspiración del que vota a quien cree puede traer las soluciones, no solo las promesas ni las palabras que tan facílmente se lleva el viento.
Sed felices.
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