domingo, 8 de marzo de 2015

Mi 8 de marzo se llama Leyre

El día me saluda a través de la ventana lleno de luz bajo ese inmenso dosel azul del cielo. Sentada ante el teclado me dispongo a escribir una nueva entrada en este blog que se ha convertido en confesionario y diván del psicoanalista en ocasiones.
Por lógica, la entrada de hoy tendría que ser acerca del día 8 de marzo, del día en que la convención social decide dedicarlo a la mujer.
Se agradece, aunque, como en tantas cosas, solo sea una campanada en el devenir de la condición femenina. Y es que tengo la sensación de que después de tantos años de lucha, de reivindicaciones ,estamos dando pasos atrás en el tema de la igualdad - también en otros ámbitos-, de la visión que de la mujer se está proyectando.
Ya he contado en otras ocasiones que soy una mujer a la que la vida la ha ido colocando siempre muy cerca de los hombres. Hija única con tres hermanos, madre de dos varones, no extraño el contacto con el sexo opuesto. De hecho me gusta decir que muchas de mis mejores amigas son hombres. Nunca, salvo alguna anécdota excepcional, me he sentido discriminada.
Por eso, cuando en estos tiempos tan complicados veo que el camino construido por tantas se empieza a desandar me acongojo. Jóvenes que sufren acoso de sus novios, programas de televisión en los que el único fin es ensalzar unos roles de mujeres objetos, de barbies, discriminación salarial..., son algunos ejemplos descorazonadores que culminan al comprobar que el icono nacional femenino es una mujer cuyo único mérito para ganar un pastizal es haberse acostado con un torero en su momento y echarse luego a dormir. En fin, que como la piedra de Sísifo tendremos que volver a empujar para subir la montaña.
Hoy mi motivación se llama Leyre.
Por ella y para ella sigo.
Para que crezca, ame, trabaje.
Para que  viva en libertad.

Sed felices.



2 comentarios:

  1. Yo tampoco soy muy de "días de", pero si una situación está ahí, no hay que olvidarla. Y en casi veinte años que llevo en la enseñanza he visto mucho de ese retroceso entre la gente joven.

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  2. Pues sí. Es alarmante como se está aceptadon roles que creíamos ya superados. Un abrazo.

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