domingo, 18 de enero de 2015

Pelos en la lengua: opinar no es insultar.

El pasado viernes 16 de enero tuve el honor de participar en una charla coloquio en el Ateneo de Madrid, cuyo tema central giraba en torno al Blog. Como es de suponer, Mi vida en tacones, esta bitácora que pronto cumplirá cinco años, tuvo un protagonismo especial.

Fueron varios los aspectos tratados por mis excelentes compañeros, Enrique Armendáriz y Patricia Pérez, a los que me sumé, intentando dar una visión de lo que supone este medio para mí, en particular, y el uso de las redes sociales en general.

Hoy, mis queridos lectores, me gustaría trer a este artículo un tema en concreto que señalé en la conferencia,  y que me tiene un tanto preocupada, a riesgo de que algunos puedan tachar de mogigata. Me refiero a la grosería en el lenguaje que, en ocasiones, se utiliza como si fuera el remedio para que nuestra opinión tenga más fuerza en las redes sociales.

Palabras no solo malsonantes, sino también soeces, trufan algunos comentarios o post con expresiones que, estoy segura, no serían de igual modo usadas si nuestro interlocutor estuviera delante. Hilos de conversaciones que se enredan y acaban en insultos personales, mentando a la madre o tildando de dudosa la honradez, ideología, etc, a aquel que se le ocurrió colgarlo olvidando que opinar no es insultar.

Creo que no somos conscientes de que las mismas normas que aplicamos en la vida real deben de funcionar en las redes, y que la educación y las buenas maneras no se pierden porque nos ocultemos tras un teclado. Claro que el utilizar un nombre falso o no poner tu rostro en la fotografía del perfil facilita mucho las cosas y permite dar rienda suelta a lo que creo no son más que frustraciones, ira mal canalizada y falta de criterio.

Ante este panorma he resuelto cortar por lo sano: desactivar y, en caso extremo, eliminar o bloquear a aquellos que, bajo mi opinión, me resultan tan repugnantes como los pelos en la lengua.
¡Zas!


Sed felices.

5 comentarios:

  1. Estoy completamente de acuerdo, Elena, la libertad de expresión no tiene nada que ver con la barbarie. Argumentar es un ejercicio de la inteligencia. Insultar es una coz con sílabas. Un abrazo y enhorabuena por los éxitos literarios del blog. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, José Luis, por tus palabras. Quienes amamos la palabra sabemos de su valor como para intercambiar puntos de vista, entre otros.
    Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  3. Creo que malas palabras, no existen, salvo "hambre","miseria", "pobreza", "lastima", y algunas mas que no me vienen a la cabeza....Insultar por insultar, es en algunos caso (por mi parte) en mi perfil tanto privado o publico, una forma de expresar, no por que quiero que se me lea más, sino que forma parte de mi.Eso no quita que no sepa comportarme, o no tener educación. Si tomamos una red social como algo de neustra vida, creo que el concepto por el cual se lo usa cambia el sentido por el cual fué creado.Cada uno es libre de leer o no lo que quiera y le guste, como tambien de ignorarlo o bloquearlo, nadie tiene la razón absoluta.....Las redes sociales, en muchos casos se utiliza para mitigar la soledad, en otros casos para divertimento, y en otros, como psicoanalisis....ya que no todos podemos pagarnos un psicólogo, tenemos catarsis en una red social...Con ésto, no quiero que interpretes de que tengo razón, ni que tú la tengas, ya que el espectro es muy amplio, y todos tienen cabida, lo que no me parece, es querer,por mal sonante, cuartar la libertad de expresion, por que sinó estariamos justificando lo acontecido en Paris, y yo no creo que nadie merezca morir por poder expresarse libremente en el tono que sea....Yo muchas veces hablo como me expreso en las redes sociales, y delante de quien sea, por que si alguna virtud tengo, es ser frontal, visceral y ser honesto con mis principios....Un saludo Elena

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Como es lógico, ya que suelo ser coherente yo también con mis opiniones, no puedo estar de acuerdo contigo, Cuervo Rock. Por supuesto que nadie merece morir por nada, pero eso no es mi tesis expuesta en esta entrada. Para mi la libertad de expresión estriba en lo que se dice, no en cómo se dice. Yo me siento libre a la hora de decir o de escribir sobre cualquier cosa, pero no necesito acudir a un lenguaje violento o insultante. Prefiero la ironía inteligente a la palabra gruesa. Abrazos.

    ResponderEliminar