lunes, 9 de junio de 2014

¿Pasado y futuro? No, gracias.

Se sabe, se escribe, se aconseja: vive el presente, carpe diem, a vivir que son dos días....

No sirve:  seguimos, indefectiblemente, mirando hacia el pasado y pensando en el futuro, unos aferrados a aquello que alguna vez les  hizo felices, creyendo que quizá lo vuelvan a encontrar; otros regodeándose masoquistamente en el dolor pretérito y proyectándolo en todas sus actuaciones futuras.

Es difícil, muy difícil intentar vivir solo hoy. Nos han enseñado a que debemos trabajar el presente para asegurarnos el futuro, de tal manera, que nos olvidamos de que eso no existe, solo es una necesidad de imaginar para salir del tedio que nos invade en el día a día.

Cualquier tiempo pasado fue mejor, nos dice el poeta en su elegía. No es cierto, más allá de nuestra memoria selectiva, que en algunos casos solo recuerda los momentos felices de un ayer- que no va a volver-, precisamente porque el el hoy no nos llena.

Pasado y futuro: dos conceptos acuñados para que nos agarremos a ellos como tablas de salvación cuando no sabemos gestionar el presente. Tendríamos que ser conscientes de que si nos instalamos en la añoranza de un pasado en el que situamos nuestra juventud, a las personas que han desaparecido y que no tiene ya posibilidad de volver a nuestra vida,- aquellos maravillosos años de las pandillas y de la falta de obligaciones-, solo conseguiremos caer en una depresión frustrante. Nada vuelve.


Por el contrario, al mirar el futuro como una incógnita que nos solucione nuestro momento actual, la ansiedad se apoderará de nosotros. Es esa zanahoria delante de nosotros que nunca se alcanza y que los políticos manejan hábilmente para ocultar su ineficacia en solucionar los problemas presentes.

Hay que vivir ahora, en este momento, querido lector, que pasas tus ojos por estas palabras: ahora, no hay más.

Sed felices.

2 comentarios:

  1. Sí, desde Horacio hasta Borges los poetas nos han recordado que no hay más que este momento pero cuántas veces estamos demasiado ocupados para disfrutarlo.

    ResponderEliminar
  2. Efectivamente, Javier. Nos preocupamos tanto por vivir que no lo hacemos.
    Abrazos.

    ResponderEliminar