lunes, 2 de junio de 2014

Hombres (*)

¿Todos los hombres son iguales? ¿Es el cromosoma Y tan impositivo que hace que las conductas masculinas, salvo ligeras variaciones, se repitan de padres a hijos, de generación en generación?¿No importa que seas un guerrero batusi o un urbanita de Nueva York para que se respondan a los mismos estímulos primarios?

Estas preguntas se abren paso en mi mente en este primer día del mes de junio, cuando el sol y el azul del cielo nos abre ya la puerta para que vislumbremos el verano.

No se piense que este post va a ser una crítica del comportamiento masculino, ni una reivindicación feminista, no. Simplemente es, como muchas de mis entradas, una reflexión nacida de alguna que otra circunstancia por la que se ha desarrollado el fin de semana.

Como muchos de los que están cerca de mi saben, los hombres han sido fundamentales en mi vida porque siempre he estado rodeada de ellos. No, no, no voy por ese camino (sonrisa pícara). Mi relación proviene desde mi más tierna infancia, ya que soy la única chica de una familia de cuatro hermanos. Luego, la naturaleza me bendijo con dos hijos varones, por lo que puedo presumir de conocer un poco, aunque solo sea por supervivencia (sonrisa irónica), el género masculino.

También profesionalmente he tenido la oportunidad de establecer relaciones más con hombres que con mujeres, e incluso en el plano de la amistad he llegado a decir en ocasiones que muchas de mis mejores amigas son hombres ( sonrisa de complacencia). Pero siempre me he encontrado en situaciones en las que, de manera metafórica, sea cual sea su origen o condición, los hombres se golpean el pecho cual gorilas del Virunga, haciendo brotar esa condición que les persigue desde el homo erectus: poner los co... sobre la mesa.

Bien, pues después de todo esta disertación, se entenderá que, a estas alturas, todavía no alcanzo a comprender muchos esos comportamientos masculinos.Y yo creo que se trata, únicamente de un problema de comunicación, de apertura de las exclusas cerradas a las emociones abiertas y sinceras. Cuando una mujer pide explicaciones, el hombre suele cerrarse como una chirla a la que le echas limón o salir del embolao con un "mujer que caracter tienes" o " no entiendo porque te molesta tal y cual".... Y eso ya sean parejas, hijos, padres o hermanos.

Tengo  certeza de que los hombres y las mujeres sí somos iguales intelectualmente, pero estamos a años luz emocionalmente.

En fin, que a pesar de todo y de todos, como dice la coplilla: "ni contigo ni sin ti...."

Sed felices.

(*)La autora de este artículo es consciente de las excepcionalidades. Cualquier parecido con algún conocido de la autora es pura coincidencia.



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