sábado, 30 de noviembre de 2013

Amigos con derecho a roce

Tengo una amiga que, sentadas el otro día tomando una cerveza, se me quejaba del tiempo de abstinencia involuntaria que llevaba, abstinencia no deseada en absoluto, pero impuesta por sus propias circunstancias. No es tan fácil-me aseguraba- encontrar a alguno con el que meterte entre las sábanas, ya una no tiene quince años para dejarse llevar por un calentón con el primero que llega para meterte mano. Pero, por otra parte, tampoco estoy, todavía, para retirarme de la carrera.
En fin, que como solución había pensado tirar- nunca mejor dicho- de un amigo  que, con alma de buen samaritano se había ofrecido a hacerle ese favor. Bueno- la comenté- no está del todo mal. Pero ¿has pensado después? Mi amiga me miró frunciendo el entrecejo. Sí- continué-, después, al día siguiente, dentro de una semana. Cuando te has visto con alguien en esas circunstancias es muy difícil mantener el mismo statuo quo. Y, además, ¿si resulta ser un torpe que te deja a dos velas? Imagínate cada vez que hagamos bromas o chascarrillos y esté él delante...
Mi amiga no pudo por menos que reconocer que tenía razón en parte. Por mucho que necesitara que le quitarán las pelusas, que ya iban camino de tener el tamaño de un hámster, tal vez recurrir a uno tan próximo no era una buena idea. Pero también es cierto que cuando el hambre aprieta...
Ayer era la gran noche. Esperando estoy su llamada. ¿Se consumaría la propuesta o ambos se quedarían a este lado de la frontera?
En fin, espero enterarme con pelos y señales de todo. Mientras no puedo dejar de pensar con cierta guasa  en la próxima reunión del departamento de ventas ...

Sed felices

lunes, 25 de noviembre de 2013

Mujeres libres para una sociedad libre.

Tras una semana de gran trasiego, viaje literario-laboral a Barcelona incluido, este lunes último de noviembre se me ha colado frío y un tanto atravesado. Tal vez solo sea ya el cansancio del final de un año lleno de acontecimientos y cambios o, quizá,  porque hoy, día 25, conmemoramos el día contra la violencia de género, y tengo el ánimo un poco de tela de araña, enredado entre la cabeza y el corazón.

Y, aunque solo sea por aportar mi pequeño grano de arena, queridos lectores, debería hablaros contra ese horror que supone el maltrato hacia las mujeres, hacia los niños, hacia los más débiles, poniendo el foco, una vez más,  en señalar que  es una de las lacras más espantosas que estamos sufriendo actualmente. Pero, ¿qué podría decir que ya no haya dicho, que ya no haya escrito, que otros no hayan dicho y escrito?

La violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, es terrible, pero mucho más cuando viene de aquellos que dicen querernos, amarnos, porque a ella se une el engaño y la locura. No hay amor en el golpe de unas manos que deberían estar hechas para acariciar; no hay amor en el insulto que nace de unos labios que están hechos para besar. Hay falta de respeto, egoísmo y sobre todo un gran complejo de inferioridad por parte del que no conoce otro lenguaje que el violento.

Como padres, como hermanos, como amigos no consintamos que nadie insulte ni golpee a nuestras hijas, hermanas o amigas. Deben sentirse apoyadas por la sociedad que es, al fin y al cabo, la que debe garantizar la seguridad de sus ciudadanas. Eduquemos a nuestras niñas para que sean, el día de mañana, mujeres orgullosas de serlo por si mismas, sin que nadie las guíe, sin que nadie las tenga  que decir que hacer con sus vidas, con su libertad.

Sed felices.



domingo, 17 de noviembre de 2013

Se me olvidó otra vez que solo yo te quise

Hoy tengo el día de Chavela Vargas. Sí, mis días, en muchas ocasiones, se identifican con músicas diferentes según el estado de ánimo que me embarga, y , hoy, tengo el día así, profundo, un tanto oscuro y meláncolico, como la voz de la gran Chavela.

No hay tristeza en mi corazón, sino una sensación parecida a dejarse llevar un poco entre algodones que amortiguan el devenir de la vida fuera de mi ventana, en esa plaza solitaria que vislumbro y que la lluvia y el viento ha dejado tapizada de hojas y sin niños jugando ni transeúntes en busca del pan y del periódico.

Mientras escribo esta entrada voy escuchando esos boleros, esas historias de amor y sobre todo de desamor, que describen sentimientos que llegan profundos y se clavan y remueven la memoria de otros ya vividos.

Mientras, la vida en bucle sigue. La huelga de basuras de Madrid alcanza un acuerdo con la punta de los dedos, mientras su alcaldesa rompe los moldes en incapacidad y falta de reflejos, pero ella no es consciente, y sigue pensando en la reelección y en "relaxing cup". Cataluña se debate en un debate, valga la redundancia, que tiene los pies de barro y que lo único que hace es crispar, más si cabe, un conflicto que no existe entre el pueblo, que al cabo quiere, como decían aquellos "su pan, su hembra (o su hombre), y la fiesta en paz". Y más PP, y más Psoe y más "La roja", que se va a Guinea a jugar, que  es lo que necesitan en ese país: fútbol, que es el remedio a todos lo males, aunque no haya para comer.

En fin, que vuelvo a Chavela Vargas, a sus canciones y a sus maravillosas letras. Hoy tengo un domingo para recordar " que nunca me quisiste...".

Sed felices.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cuando los grillos cantan en noviembre

Siempre hay algo de magia en aquello que se sale de lo común. Podemos intentar a posteriori encontrar una razón lógica, razonable, pero, sin duda alguna, hay historias que parece estar en ese umbral entre la fantasía y la realidad.

Siete de la tarde de un doce de noviembre. Un día de recuerdo triste. Ha transcurrido un  año ya desde que se rompió ese lazo que las unía para siempre. Cuántas veces su recuerdo ha venido a su memoria y ella intenta apartarlo, no por olvido, sino porque todavía es incapaz de asimilarlo.Por eso se obliga hoy  a pensar en esas otras cosas que vuelan por su cabeza como nubecillas de luciérnagas iluminando unas ideas y otras.

Ha salido con tiempo. Como siempre que va al centro, prefiere hacer uso del transporte público que, aunque caro, le garantiza, por lo menos, no tener que sufrir el via crucis del aparcamiento. Luego, él irá a buscarla.

Camina deprisa, con ese taconeo tan suyo, tan de madrileña, como decía su abuela, que marca el ritmo de lo que casi siempre es su vida:  avanzar a paso firme.
De repente, justo en el límite del parque oye un sonido que la sorprende. No por si mismo, sino por las fechas en que lo está escuchando. Lo reconoce perfectamente. Es un grillo.

Incrédula, intenta detectar en donde se encuentra el animalito, por lo que relentiza el paso hasta quedar justo enfrente de un arbusto del que procede el inconfundible "cri, cri, cri". Y para mayor asombro, y a pesar de su proximidad, el  grillo no calla.

Consciente de su cita, se pone en marcha, pero no puede evitar que la anécdota vivida  se  haya quedado impresa en su mente, junto con un dato que, como un flash, le viene a su pensamiento: para los celtas, los grillos eran las almas de los familiares que vuelven, en ocasiones,  a visitar a sus seres queridos.

Justo el día en que se cumple el año de la muerte de su prima hermana- compañera de juegos, de adolescencia, amiga querida-,  ha oído cantar un grillo en noviembre...

Sed felices.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Refranero para un domingo


Quien prefiere el pájaro en la mano a ver ciento volar no sabe lo que es la libertad.Que pruebe a que le estrujen.

El que te quiere nunca te hará llorar: estará junto a tí para enjugarte las lágrimas. Lo otro es sadomasoquismo

Si el que tiene un amigo tiene un tesoro, el que tiene un tesoro tendrá montones de amigos que le bailarán el agua.

No sé si detrás de un gran hombre hay una gran mujer, lo que sé es que hay  muchas mujeres que no necesitan de los hombres para ser grandes.

Si casa con dos puertas es mala de guardar es que no se conoce las últimas ofertas en alarmas de sensores (ver Teletienda en sesión de madrugada).

De la misa y castidad ni siquiera la mitad de la mitad. Es aburridísimo.

Dios no ayuda al que madruga. El que madruga es porque no le queda más remedio. Si tuviera alternativa se quedaría tan a gusto en la cama o tumbado en el sofá.

Por muy caliente que yo ande (siempre nos referimos al entorno externo) molesta que se rían de uno. El que diga que no es un falso.

Lo importante es participar... Entonces el que gana, ¿se fastidia?

Sed felices.



martes, 5 de noviembre de 2013

La teoría de la relatividad vital

Dicen mis hijos que a veces me ven indiferente hacia ciertas cosas. No es verdad. No hay nada de indiferencia en mi manera de afrontar algunas realidades sino relatividad.

Siempre he defendido la pasión para actuar en la vida, pero, últimamente hay situaciones por las que ya no cruzo la calle. Me parece un desgaste absurdo pelear en batallas que me son completamente ajenas o que, simplemente, no existen más que para levantar la montera y brindar al sol.

Hubo un tiempo en que las grandes causas eran para mi como imanes que me atraían, sin remedio, y provocaban en mi la necesidad de echar el resto en ellas. Ahora ya no, porque me he dado cuenta de que, la mayoría, solo son disfraces para ocultar otro intereses mucho más oscuros y personales.

Partiendo de estos principios y en estos tiempos, me dedico a cuestiones mas humildes pero más gratificantes para mi. Me he vuelto bastante escéptica, por escarmentar en mi propia cabeza, respecto a esos sentimientos desbordados en actitudes y posiciones, llenos de grandes dicursos, que se han diluido como azucarillos en el agua de las palabras incumplidas con mayúsculas: Amor, Amistad, Política... Ahora me centro en las personas que me demuestran su cariño, que me son leales y que, de verdad, quieren actuar honestamente y sin intereses particulares para cambiar las cosas, empezando por su vecino.

Por todo ello y con permiso del gran gran Einstein, aplico la teoría de la relatividad vital, cuya fórmula estaría relacionada con alcanzar el equilibrio personal y la coherencia con mi misma.

Todo es cuestión de perspectiva, de puntos de vista, de forma de ver aquello que cada uno ve a su manera. Verdades tantas como personas.

Por eso, y para tranquilidad de mis retoños, no soy indiferente. Simplemente que he madurado.

Sed felices,