lunes, 27 de agosto de 2012

Señales (un pequeño relato de verano)



Igual que las balizas en el mar, marcando los límites de las aguas profundas, las partes que cubría su escueto bikini y que quedaban reservadas de los rayos del sol, señalaban las zonas en las que sumergirse, quizá peligrosamente,  arrastrado por la pasión.

Al contrario de lo que escuchaba a algunos amigos y compañeros de trabajo, defensores de un bronceado uniforme,  a él le excitaba contemplar esas áreas  más claras, casi blancas, ocultas a las miradas  de los  demás mortales,  y que contrastaban en gran manera con el resto de su cuerpo color nogal.

A veces, en la oscuridad de la habitación, cuando ella dormía, se quedaba observando como esas marcas relucían a la luz del farol que penetraba por el ventanal, brillantes, reflectantes: dos semiconos perfectos, que se elevaban, como helados de chocolate y nata coronados de caramelo, al ritmo de  su respiración. A una cuarta de su ombligo, un triángulo marfileño, suave y terso,  que como el de las Bermudas, era capaz de trasladarle a otra dimensión. Y al girar su cuerpo,  marcando la frontera entre la curva de su espalda y sus bronceadas piernas,  mostraba un planisferio de  albos continentes divididos que le  invitaba  a descubrir sus territorios.

Todavía recuerda, a pesar de que el otoño ya está en el horizonte, las tardes de verano, de siestas enredadas en juegos amorosos, con la brisa del mar balanceando el visillo blanco en la alcoba, casi en penumbra para huir de calor, y las noches  de estío, amenizadas por el canto de los grillos y el sonido de las olas, en las que sus dedos y su boca traspasaban esos límites marcados y se adentraban en un mundo de deseos y  promesas  tan ardientes como el sol que había dejado vírgenes  las blancas señales en su cuerpo.

2 comentarios:

  1. SEÑALES Y COLORES
    Aguas azuladas, rayos dorados..
    cuerpos bronceados, negros, morenos, color nogal.
    Las blancas señales de tu cuerpo habían sido tapadas por los colores veraniegos.

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