sábado, 26 de septiembre de 2020

POLÍTICOS (AS)

 "Todos los políticos son iguales", "si les quitáramos los sueldos a los políticos se acababa la crisis", "los pólíticos son innecesarios"... Estas tres frases son solo un ejemplo de las muchas que pululan por los "mentideros" en los que se han convertido las redes sociales. Me vais a permitir, aunque solo sea por alusiones, me váis a permitir digo, que refute todas.

Los políticos no somos una especie aparte, sino que llegamos a esta actividad desde muchos lugares: nuestro municipio, nuestra región, el sindicato, etc. Y lo hacemos porque nos hemos dado un sistema democrático de representación en el que los tres poderes del estado se llevan a cabo a través de los representantes (valga la redundancia), elegidos por el pueblo soberano, como así señala la constitución vigente.

La política no es una profesión, sino un servicio que se ejerce y para el que eres elegido por considerar que eres adecuado para  ejercerla (redundancia válida de nuevo). Muchos de los que realizan este servicio ni siquiera son remunerados y lo acompasan con su trabajo habitual. Otros, por el tamaño de la administración o el lugar en que lo llevan a  cabo han de "liberarse" para dedicar el mayor tiempo (en ocasiones casi todo) a ese servicio  y por tanto han de tener un salario.

Eso no significa que nuestra vida cambie. En mi caso sigo viviendo en una casa de protección oficial, en el mismo barrio al que llegué hace 33 años. Mis costumbres (pandemia aparte) siguen siendo las mismas antes de ser concejala, y mis amigos y mis conocidos también.

No, no todos los políticos somos iguales porque no nos han impulsados los mismos intereses. Quien dice eso no se ha parado ni un momento a reflexionar y a conocer quién es la persona que está detrás del cargo. Tienen hijos, nietos, pareja, amigos, risas y llantos... Y sobre todo están ahí porque han sido elegidos, repito, para representar a la ciudadanía.

Tal vez si nos diéramos cuenta de que ciertos políticos son el reflejo de una parte de la sociedad haríamos un juicio más justo. Porque, y eso lo hemos visto una vez y otra, no ha importado la corrupción, ni la falsedad, ni tan siquiera la deslealtad, para que ciertos personajes, ciertos partidos hayan sido votados una vez y otra, aún ha sabiendas del perjuicio que ocasionan al bien general.

No, repito, no todos los políticos somos iguales, como tampoco son los maestros, ni los médicos, ni los abogados. Hay políticos (as) que nos creemos a pies juntillas que lo nuestro es un servicio a la sociedad mientras otros(as) que piensan que la sociedad está a su servicio. Eso es todo.


Sed felices.


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