domingo, 16 de junio de 2019

A la vuelta de la esquina

Siempre he dicho que mi vida, esta vida sobre mis tacones, a veces más altos, otras ya más bajos (las rodillas ya no son las que eran) nunca fue una línea recta, sino una sinuosa carrera de fondo de la que en muchos momentos tuve la tentación de retirarme porque el esfuerzo estaba siendo enorme y el cansancio planeaba como buitres sobre una res moribunda. Pero, de manera incluso sorprendente para mí, seguía hacia adelante, sin abandonar la esperanza de que la meta estuviera a la vuelta de la esquina. Así, etapa tras etapa se  me ha pasado ya la mitad de la vida, y tras alcanzar este penúltimo escalón (no sabemos cuál será el último) sigo cumpliendo metas volantes. 

Ayer, sentada en mi escaño tras prometer mi cargo de concejala, sentí la sensación de que de nuevo había doblado otra de las esquinas, pero de que no había llegado. Se extendía una nueva carrera, llena de responsabilidades, seguro que de problemas e incertidumbres, pero  también resplandeciente de ilusión. 

Nunca la vida será lineal por mucho que nos empeñemos, permitiéndonos prever y calcular. La existencia está llena de recovecos que nos obligan la mayor de las veces a rectificar y seguir caminando. Además, ¿ a que no hay nada más aburrido que una recta?. Sé que esto que digo, mis queridos lectores, no es fácil de entender, pero creedme, lo sé por experiencia. 

Hoy, tras tantas emociones, no estoy muy inspirada para contaros algo muy profundo, pero quería no faltar a nuestra cita , porque también vosotros soís parte de este viaje y siempre es maravilloso encontraros a la vuelta de cada domingo.

Sed felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario