jueves, 23 de octubre de 2014

De profesión tertuliano.

Tengo que confesarlo. Estoy al borde de la paranoia informativa. ¿ Qué es cierto? ¿Hay algo de lo que nos cuentan que sea objetivo? ¿ Hay alguna cadena que no responda a un interés manipulativo?
Es asombroso como en las famosas tertulias  aparecen una  pleyade de periodistas , políticos y demás fauna que sientan catédra sobre todo lo humano y divino en aras de la información. Nada  menos cierto. Si nos paramos a analizar cada uno arrima el ascua a su sardina y son las  propias cadenas las que incluyen a los participantes dependiendo de interés.
La persistente aparición del político de moda durante más de una año en la cadena insignia de la progresía marcó una estrategia de lo más calculado, como ha sido también el posterior fichaje de su novia, quien ya se postula para presentarse a candidata a la Comunidad de Madrid y que lleva haciendo campaña desde hace meses en casi todas las mesas. Una, que es muy mala,sospecha que algo hay que no es casualidad.
La tertulia  televisiva se ha convertido en una calle de un solo sentido en provecho de alguien, dependiendo de quién y dónde.
De las cadenas públicas ya no hablamos, claro, pero las privadas no se quedan atrás. Todas son tendenciosas, manipuladoras y salvo raras excepciones, en las tertulias se pueden soltar mentiras como puños que se aceptan con la naturalidad que vemos llover.
Eso sí, casi todas coinciden en que  tú más, en insultar, en gritar como si levantar la voz diera más carta de verdad.
En fin, que últimamente veo estos programas dándoles el mismo crédito que le doy a las series de ficción... O quizá menos.
Sed felices.

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