Decidida a escribir un blog me enfrenté a la tarea de buscar un nombre que pudiera reflejar lo que quería decir. Porque espero que este espacio se convierta en una forma de contar mis experiencias como profesional que ha intentado, con mayor o menor fortuna, compatibilizar su trabajo con su familia.
Los tacones simbolizan para mí el trabajo, ya que al llegar a casa me desprendo de ellos con alivio, como intento quitarme los problemas cotidianos. Pero también son un talismásn. Cuando por la mañana me subo en ellos, siento que también, junto con mi estatura, se eleva mi espíritu y tengo la fuerza de afrontar el nuevo día.
Tengo cincuenta años, y en breve voy a ser abuela. Tengo la experiencia y la perspectiva que te da el haber recorrido un camino, pero todavía conservo las ganas de seguir encontrando nuevos retos.
La crisis económica nos ha puesto las pilas. Cuando creiamos que estabamos más que seguros en nuestras empresa, nos han pinchado el globo ( a alguno le ha estallado en plena cara). No voy a negar que durante un tiempo he sentido el ombligo en la garganta, sin saber que camino tomar. No sé si la primavera fue la culpable, pero casi al mismo tiempo que empezaron a salir las hojas, me comenzaron a brotar las ideas... La primera que tenía que reiventarme, aprovechar mi bagaje profesional y tirar "p'alante". Y aquí estoy, escribiendo la primera entrada de mi blog, en el que espero ir contando mis experiencias.
Sed felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario