domingo, 9 de septiembre de 2018

Ser estúpido

Según el diccionario estúpida/o  es la persona o animal que muestra torpeza o falta de entendimiento para comprender las cosas.

Está claro, de entre todos los seres de la tierra el ser humano (además de tropezar dos veces en la misma piedra) es el que llega a unos niveles más altos estupidez. La contumacia en no entender lo meridianamente claro llega a extremos preocupantes.

En este orden de cosas se expresó el diputado de Esquerra Republicana de Cataluña  Joan Tardá cuyas palabras reproduzco aquí:

Si hay algún independentista ingenuo o estúpido que crea que puede imponer la independencia al 50 por ciento de los catalanes que no lo son es evidente que está absolutamente equivocado”.

Tardá suaviza su comentario anteponiendo el adjetivo ingenuo, que no creo encaje muy bien, pero que, supongo, lo utiliza para que el que le sigue no suene tan rotundo. Y está absolutamente  en lo cierto. El proces ha llegado por parte de sus dirigentes a un momento que no se puede definir más que de absoluta estupidez, o lo que es lo mismo, de una falta de entenduimiento cercana a un tarugo de madera.

Que Cataluña se halla fracturada al cincuenta por ciento ya nadie lo niega, pero que una de esas mitades apoya una alternativa ilegal de todas todas tampoco se puede ocultar. El sinsentido que se vive día a día,con declaraciones que son disparatadas, sobre todo por parte de Puigdemont, de cuya salud mental hay que preguntarse mucho, y de aquellos que se mantienen de una incompresible en una impensable república catalana no puede explicarse más allá de la estupidez.

A dos días de la Díada, que celebra una derrota ( como si los franceses celebraran el 2 de mayo) la cúpula del independentismo sigue en su mantenerla y no enmendarla.

En el lado contrario los líderes de los dos partidos conservadores, PP y Ciudadanos, se encuentran encastillados en la misma estúpida tesitura: ignorar al otro cincuenta por ciento que es independentista y que, incompresiblemente, comulga con las ruedas de molino que les dan sus líderes, pero que ahí están.

Llegado a este punto solo cabe el diálogo y la sensatez dentro del estado de derecho. Y acabar con quien "mea más lejos", porque si lo haces contra el viento, ya sabemos lo que pasa.

Sed felices.




Imagen: cuadro de Antoni Estruch."El 11 de septiembre de 1714". Fuente La Vanguardia.




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