viernes, 7 de junio de 2024

Mujer y escritora

 Siempre he dicho que soy una mujer afortunada, con una vida que tiene muchas más luces que sombras.

Ayer tuve la ocasión de comprobarlo, desde el punto de vista humano y literario, en la presentación de mi nueva novela CENIZAS EN EL AGUA (Ondina Ediciones), y en la que tuve la suerte de estar acompañada de un gran periodista, escritor y amigo, Francisco Castañón. 

Los compañeros y compañeras escritoras saben de la transcendencia que significa sacar una nueva obra, del esfuerzo y el trabajo que hay detrás. Pero ayer no solo disfrutó Elena Muñoz autora, sino también la mujer, la madre, la hermana, la abuela, la sobrina, la amiga. La sala se llenó de todas esas personas con los que tengo los vínculos señalados, que me arroparon y me llenaron de felicidad.

Pero de todos ellos voy a detenerme en una, mi tía Rosi, que por la escasa diferencia de edad que nos llevamos, siempre nos hemos tildado de primas. Tener al lado en un día como en el de ayer a alguien como mi tía-prima es todo un privilegio, porque es una de las personas más excepcionales que conozco: vital, enérgica, sensata y divertida, me reportó esa calidez tan familiar de quién te conoce desde niña, y es depositaria de la memoria de la familia. ¡Qué gran alegría tenerla cerca!

Dicen que es de bien nacida ser agradecida, y aunque ayer no me cansé de darlas, aprovecho esta bitácora para volver a abrazar emocionada a todos los que estuvieron conmigo, y a los que, por distintas circunstancias no pudieron, pero que se acordaron de mí.

No sé en el caso de los demás, pero en el mío es inseparable mi condición de mujer y la de escritora, y no porque hablemos de un sesgo feminista, sino porque la literatura me ha ayudado a construirme como persona y en mis novelas hay mucho de mí.

¡Sed felices!

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