domingo, 30 de junio de 2024

Matar es fácil

 Qué me perdone mi venerada Agatha Christie por utilizar el título de una de su novelas para encabezar mi artículo, que nada tiene que ver con el misterio pero sí con el asesinato. Cuatro mujeres y dos niños han perdido la vida en España de la mano de sus parejas, de su padre, volviendo a repetir una ceremonia trágica, macabra y desesperante que ya dura más allá de lo tolerable.

Matar es fácil, es verdad. El cuerpo físico es tan frágil, que a veces cuesta entender como nos mantenemos de pie ante accidentes y enfermedades. Durante  todo el tiempo que el ser humano lleva poblando la Tierra, desde que tuvo conciencia de su propia mortalidad, la lucha contra la muerte ha sido una constante. Nos unimos en clanes,en poblados, en ciudades para protegernos; creamos ejércitos, armas y defensa para protegernos; creamos las leyes para protegernos... Sin embargo, en pleno siglo XXI se matan a inocentes a manos no de los enemigos sino de aquellos que un día dijeron quererlos.

No se puede seguir así, no se puede ya consentir que esta epidemia nefasta, que esta lacra repugnante perviva. Se necesita un pacto a nivel mundial para tomar medidas frente a estos hechos que son la vergüenza de cualquier país civilizado. Y, sobre todo, condenar a aquellos partidos políticos que defienden que la violencia de género no es más que un invento para señalar  a los hombres, que le feminismo solo quiere acabar con ellos. Asusta la tolerancia con que algunas jóvenes aceptan el control, la sumisión con la que toleran ciertas conductas de sus parejas que con el tiempo pueden acabar en tragedia. Asusta que ese comportamiento se traduzca en votos a  fascistas y neonazis.

La ultraderecha no es una amenaza, es una realidad que a alcanzado cotas de poder en España gracias, o por desgracia, del exceso de ambición y la falta de conciencia social de quienes no les importe sacrificar los valores democráticos con tal de hacerse  con el poder en los gobiernos de cualquier índole, manejando con pericia el instrumento del odio.

Se comienza odiando y se acaba matando, en una espiral psicopática que en este momento intenta engullir a nuestra sociedad, parte de la cual ya está masticando. Basta darse una vuelta por las redes para darse una cuenta de a qué niveles de falta de empatía por el prójimo estamos llegando.

No perdamos la esperanza: se puede luchar contra eso, se puede luchar contra ellos. Denunciar, denunciar, denunciar, y mantenernos unidas, y unidos, porque creemos que matar ha de dejar de ser tan fácil y que en esta lucha cabemos, debemos caber,  todos y todas 

Sed felices.

domingo, 23 de junio de 2024

Esperando a los bárbaros

 No sé por qué, cuando contemplé en la televisión el bochornoso espectáculo de la imposición de la medalla a Javier Milei por parte de Isabel Díaz Ayuso se me vino a la memoria el poema de Constantino Kavafis Esperando a los bárbaros.

Tal vez haya alguien que lo vea muy traído por los pelos, pero creo que no es así. Y no lo es porque lo que pudimos ver en esa absurda y esperpéntica ceremonia era el resultado de la utilización de la democracia para unos fines que están lejos de ser los adecuados.

Los votantes de Milei y Ayuso han visto en esos "bárbaros", cuya ideología es destrozar todo lo que consideramos avances sociales y económicos que hacen las sociedades más justas y civilizadas,  la solución de sus frustraciones y el poder volver a esos tiempos en los que el machismo campaba por sus respetos, se perseguía a los homosexuales y la solidaridad se transformaba en caridad. Los "bárbaros" que provocarán la caída del "imperio" del Estado de bienestar.

Lo mismo que en el poema, el emperador espera la llegada de esos bárbaros para honrarles, Díaz Ayuso concedió el dudoso honor de una medalla, esperando cerrar alianza que le ayuden a acabar con el enemigo común del socialismo. No importan los disparates que se digan, no importa que se quiera acabar con aquello que nos hace ciudadanía con deberes y derechos. Una parte aplaude ante la llegada de los "bárbaros" como si fuera la panacea, sin darse cuenta de que no son más que una panda de aprovechados que se ríen de todos los que los aclaman a sabiendas de que solo son un instrumento para sus fines espúreos

Muchos los que les votaron, votan y votarán llegará un momento en  que sus vidas no seguirán igual, sino peor, porque nunca en la barbarie de la confrontación se encuentra la solución a los problemas sociales, sino en la concordia y el diálogo. Ojala
no sea tarde.

¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían
y todos vuelven a casa compungidos?
Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
Algunos han venido de las fronteras
y contado que los bárbaros no existen.

¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.

(Fragmento del poema de C.Kavafis) 

Sed Felices

Imagen del cuadro de Ulpiano Checa  "Los hunos en Roma"

viernes, 7 de junio de 2024

Mujer y escritora

 Siempre he dicho que soy una mujer afortunada, con una vida que tiene muchas más luces que sombras.

Ayer tuve la ocasión de comprobarlo, desde el punto de vista humano y literario, en la presentación de mi nueva novela CENIZAS EN EL AGUA (Ondina Ediciones), y en la que tuve la suerte de estar acompañada de un gran periodista, escritor y amigo, Francisco Castañón. 

Los compañeros y compañeras escritoras saben de la transcendencia que significa sacar una nueva obra, del esfuerzo y el trabajo que hay detrás. Pero ayer no solo disfrutó Elena Muñoz autora, sino también la mujer, la madre, la hermana, la abuela, la sobrina, la amiga. La sala se llenó de todas esas personas con los que tengo los vínculos señalados, que me arroparon y me llenaron de felicidad.

Pero de todos ellos voy a detenerme en una, mi tía Rosi, que por la escasa diferencia de edad que nos llevamos, siempre nos hemos tildado de primas. Tener al lado en un día como en el de ayer a alguien como mi tía-prima es todo un privilegio, porque es una de las personas más excepcionales que conozco: vital, enérgica, sensata y divertida, me reportó esa calidez tan familiar de quién te conoce desde niña, y es depositaria de la memoria de la familia. ¡Qué gran alegría tenerla cerca!

Dicen que es de bien nacida ser agradecida, y aunque ayer no me cansé de darlas, aprovecho esta bitácora para volver a abrazar emocionada a todos los que estuvieron conmigo, y a los que, por distintas circunstancias no pudieron, pero que se acordaron de mí.

No sé en el caso de los demás, pero en el mío es inseparable mi condición de mujer y la de escritora, y no porque hablemos de un sesgo feminista, sino porque la literatura me ha ayudado a construirme como persona y en mis novelas hay mucho de mí.

¡Sed felices!