domingo, 17 de febrero de 2019

Nosotros decidimos

El día a día nos empuja, en ocasiones, a trompicones. Este blog, instrumento de comunicación con vosotros, mis queridos lectores, está aparcando, espero que momentáneamente, el tema literario y cultural para dejar paso a la politica cada vez más. Pero, y en esto no cabe discusión, ambas cosas se necesitan. Sin una política que entienda la necesidad de la cultura para la sociedad, los creadores, sea cual sea el área de creación, terminaremos siendo una especie en extinción.

Como soy una mujer de emociones a flor de piel, sujetas por la racionallidad que distingue mi dualidad vital, estos días vivo como en una montaña rusa.  Tengo las mismas sensaciones de ilusión y de rabia, que se van turnando según leo o escucho.

Porque queda un tiempo muy complicado, un tiempo en el que quienes creemos en los valores de la justicia, de la igualdad y de la fraternidad, esos valores que hace más de dos siglos hicieron una revolución, a la que, tristemente llegamos tarde, vamos a tener que poner a prueba nuestra fortaleza y nuestras convicciones. 

Frente a nosotros tenemos la derecha de toda la vida. Aunque esté troceada en tres hay que verla como un todo. Esa derecha que era una roca del  PP hasta que ciertas políticas no interesaron o ciertos acontecimientos, como los sucedidos en Cataluña, les indicaron que había una brecha por donde entrar de nueva con el lema "España, Una, Grande y Libre". Pero si nos fijamos en las caras de quienes ocupan los cargos son los mismos perros con distintos collares, los que absorbieron en su tiempo ( cuánto hace falta la pedagogía de nuestra España reciente) a Fuerza Nueva, Falange, UCD, CDS, liberales, UPyD. ...

La izquierda siempre atomizada, contemplaba  con asombro, el monolito que representaba el PP, como iban todos a una como en Fuenteovejuna. Así ha sido hasta hace poco tiempo. Pero, repito, no hay que engañarse, son los mismos. Vuelve el mismo espectro pero mucho más escorado a la derecha, mucho más. Los mensajes son tan regresivos que a una le cuesta creer al escucharlos que está en el siglo XXI. Bueno, los mensajes son uno: acabar con el PSOE en la cabeza de su líder Pedro Sánchez, y no hay más.

Todos los defensores de regímenes totalitarios tienen sus cabezas de turco. En Europa lo conocemos, en España lo conocemos. Y estos tres neofascistas lo saben y lo manejan. Pero al igual que no nos pueden negar que la tierra es redonda, ni que existe una evolución y no venimos de Adán y Eva, es facílmente desmontable racionalmente. El problema es que para estos partidos de ultraderecha la razón no exste.

Solo nos queda una opción de lucha pacífica: la movilización el día 28 de abril para que triunfen las políticas progresistas. Veremos y escucharemos las encuestas que pronosticarán lo que algunos les interesa, pero quienes apostamos por esa igualdad y esa justicia debemos hacer como Ulises con las sirenas, oídos sordos. Son los votos y solo los votos los que deciden.

Solo así podremos mirar de frente a los mayores y decir "defendí tus pensiones"; a los niños y niñas y decir "defendí tu educación"; a los jóvenes y decir "defendí tus  oportunidades"... Mirarnos a nosotros mismos y decir: "defendí en lo que creo solidariamente".

La alternativa es lo que ya conocimos, lo que ya conocemos: tres partidos que forman la Trinidad  de la involución, de la radicalidad y del odio a todo lo que les huela a progreso.

Nosotros, repito, decidimos.

Sed felices.


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