martes, 10 de diciembre de 2019

GRETA

Me conmueve ese cuerpo frágil, infantil aún incluso para la edad que tiene, esa mirada entre asustadiza e iracunda. Supongo que sus ojos responden a esa realidad que le ha tocado vivir en la que ha decidido asumir una responsabilidad que se me figura excesiva para alguien tan joven. 

Porque estamos en un mundo en que los dioses duran lo mismo que un parpadero. De hecho ya han llegado los primeros detractores, que la acusan no solo de sus propias patologías (parece ser que padece un síndrome de Asperger y un transtorno obsesivo compulsivo), sino de la estrategía que plantea. 

Como es natural, Greta Thunberg saca de quicio a los negacionistas, a aquellos que son contumaces a cualquier modificación de las estructuras que palíe el cambio climático, aunque sea el mismo presidente de EEUU. Hay mucho dinero, pero mucho tras ello. El sesgo conservador que pervive en los que se resisten al ecologismo hace que esta pequeña acvtivista sueca sea vista como un grano (con perdón) en el culo. Porque poco se puede hacer contra una persona que no tienen nada que perder. 

Curiosamente, la Historia nos ha enseñado como los personajes más trascendentes  en positivo han sido aquellos que asumían cualquier riesgo porque en el fondo no arriesgaban nada. Greta nos invita a una vida de renuncia, de "incomodidades", y eso, en una sociedad absolutamente consumista, escuece un montón. Porque, ¿realmente estaríamos dispuestos a un cambio radical en nuestras vidas, incluso aquellos que sabemos que la emergencia climática es una realidad?

Las causas necesitan de sus héroes, de sus libertadores, aunque en demasiadas ocasiones hayan sido necesarios hasta que sus presencias son demasiado incómodas. Esperemos que no sea el caso de Greta, y pueda continuar con la tarea de convencer de que no podemos seguir con esta autoextinción. De momento, ha demostrado que, en propias palabras de la joven sueca, "nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia". 

Pero estemos alertas. Sentir simpatías por esta activista, admirarla, o llenarla de likes sus posts no nos hace más verdes si no lo sentimos en las tripas. Los cambios nacen de dentro hacia afuera, y hemos de buscar a esa "Greta" que tenemos dentro, modificando nuestro entorno más cercano, aquel en el que nuestra influencia puede ser positiva y nuestro ejemplo más.

Nos lo debemos y se lo debemos al planeta.


2 comentarios: