martes, 31 de diciembre de 2013

Cuando den las doce

Cuando den las doce no pensaré en lo que ha quedado pendiente, en lo que pudo ser y no fue, y pasaré página.

Cuando den las doce no guardaré rencores, de esos que enredan el alma en telarañas frías que te convierten en una sombra.

Cuando den las doce me acordaré de aquellos que  son felices, y aprenderé de ellos  y seguiré sus pasos.

Cuando den las doce estarán conmigo los que en su ausencia me han dejado un recuerdo imborrable y el consuelo de haber vivido a su lado

Cuando den las doce  me sentiré contenta de lo que he caminado e ilusionada por  lo que me queda por recorrer.

Cuando den las doce abriré mis sueños al año nuevo como recién nacidos a la vida.

Cuando den las doce  brindaré por ti, para que encuentres todo aquello que buscas y puedas vivir en paz y libertad.

                

          FELIZ AÑO NUEVO.....
                   FELIZ 2014


martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad, si así os parece.

Me ha despertado el repiquetear de la lluvia en la ventana y me he arrebujado entre las mantas, en ese duermevela en el que la consciencia va tomando posición. De repente me he dado cuenta de que hoy es Nochebuena y de que hay un montón de cosas por hacer.
El olor de la estufa de leña impregna la casa y se mezcla con el aroma a café recién hecho.  Sentada en la cocina os escribo estas letras antes de comenzar los preparativos de esta noche especial para todos... Bueno, para todos no. Sé que hay quien está deseando que pasen todas las fiestas y seguro que sus razones tendrá. Pero para mi familia siempre han sido algo importante, incluso cuando ya nos han ido faltando aquellos que tan queridos para nosotros.
Tanto mis hermanos como yo hemos vivido desde pequeños las Navidades con entusiasmo, sentimiento abonado por mi padre, que disfrutaba como nadie de ellas. Estas serán las terceras Fiestas sin él presente, pero seguimos manteniendo su recuerdo, rememorando sus anécdotas y procurando ser lo más felices posibles, a pesar de todo, o quizás por ello.
Leyre corretea a mi alrededor, el árbol ya tiene sus luces , la casa está adornada y yo en breve empezaré a cocinar para los míos, que llegarán esta tarde.
Y ahora, dejadme que os traiga hasta aquí, cerca de mi, para abrazaros, y desearos lo mejor. Este humilde blog sin vosotros estaría mudo y no puedo por menos que agradecer una vez más vuestra compañía.
Sed hoy un poco más felices... Si es vuestra voluntad.
Feliz Navidad.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mensajera de dos mundos.

Nunca como ahora sentía tanta necesidad de trasladarse a ese otro lado, a ese mundo que pervivía detras del espejo que reflejaba una realidad en la que no acababa de encontrarse.

A veces maldecía que los dioses la hubieran bendecido con el don de la imaginación, ese arma de doble filo, con la que construía mundos maravillosos, personajes llenos de vida y optmismo y paisajes en los que la luz bañaba las mañanas y las estrellas cubrían el manto de la noche.

Y se rebelaba porque el mundo llamado real la incomodaba. Por supuesto que en él estaban aquellos que quería y que la querían, pero se los encontraba en escenarios oscuros, descolocados, sin luces y sin estrellas.
Entonces, algo en ella se removía, algo que se le agarraba a la garganta y a las piernas, y solo tenía ganas de echar a correr y de llorar.

No se podía quejar de la vida- se decía y la decían-, porque tenía de todo: salud, suficiente dinero para no morir de hambre y amor... Y era verdad. Pero ella no se lamentaba, solo que no se conformaba con aquello que los demás pensaban que debía ser una vida plena, aquí, en este lado. Por eso, ansiaba esos viajes en donde las palabras construían de la nada torres llenas de sentimientos que se alzaban ante sus ojos y brillaban con la luz del sol y de las estrellas.

Hoy, en una mañana gris que se asoma por su ventana , en el pórtico de unas fechas llenas de nostalgia y de celebraciones, se le revela la verdad: no es más que una mensajera  de  dos mundos. Alguien capaz de describir aquello que se encuentra al otro lado, para que los que  nunca cruzarán esa frontera también lo vivan. Y se reconcilia con los dioses por haberla hecho escritora.

Sed felices.











miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sobre Señoras Robinson o la edad como seducción

Vengo últimamente observando, no solo por propia experiencia, sino por comentarios de amigas y conocidas , una tendencia  a través de la que mujeres " maduras" somos objeto de "cortejo" por parte de jovenzuelos, que intentan una vez y otra  que nos rindamos a  sus púberes impulsos. No cabe duda de que  a esto ayuda el  que una mujer actual de más de cuarenta años nada tiene que ver con las de antaño. Nos cuidamos más, nos queremos más y, por tanto gustamos más.

Y una, como ya tiene sus años, "aunque esté muy bien para su edad", recuerda una película que en su momento tuvo mucho éxito, El graduado, y que planteaba, precisamente, una situación similar a la que cuento, aunque esta vez era la mujer madura, interpretada por una espléndida  Anne Brancroft, la que seduce al adolescente, a quien da vida un magnífico Dustin Hoffman en los albores de su carrera cinematográfica. En los hechos que ahora planteo, son esos jovénes los que, sobre todo a través de las Redes sociales, se permiten intentar conquistar a mujeres que pudieran haber sido compañeras de pupitre de su madre.Y no es que critique esta actuación, los que han leído mi novela Como el viento en la espalda conocen cuál es mi postura a través de la protagonista, sino que simplemente la constato.

 Claro que, por otra parte a nadie le extraña el caso contrario, cuando es la mujer joven y el hombre maduro. Alguno puede que levante la ceja ante esta situación y diga la famosa frase: "podría ser su padre", pero creo  que más por envidia que por censura.

 Y yo me pregunto, cuestión que lanzo al aire: ¿Qué busca un chico de veinticinco años en una mujer de cincuenta? ¿Experiencia? ¿El morbo de cazador que acostumbrado a perdices se decide por la caza mayor? ¿Resolver un complejo de Edipo latente? O quizá simplemente, lo mismo que con cualquier otra mujer de su edad : amistad, amor o echar un polvo.

Pues eso, que hoy quería compartir con vosotros esta reflexión sobre una situación  que me parece curiosa a la par que divertida y, si lo consideráis oportuno, conocer vuestra opinión.

Sed felices.

jueves, 5 de diciembre de 2013

La soledad del insomne

No hay peor soledad en compañía que la del insomne, cuando los que te rodean están realizando una tarea que tú añoras y que se te arrebata casi siempre por razones no deseadas: dormir.

Los relojes se convierten en ojos sin párpados que te miran y retienen los segundos, los minutos, para que el tiempo corra  lentamente.

La noche pasada una incómoda tos, resultado un picor de garganta de lo más atacante, me mantuvo desvelada más allá de lo razonable. A pesar de que durante un rato me entretuve con ciertas conversaciones, a través de internet, con  amigos que brujuleaban por esos lares, el cansancio me llevó, al final,  a cerrar el ordenador y meterme en la cama. Pero si quieres arroz. Los golpes de tos, que se sucedían rítmicamente, me obligaban a espabilarme cada vez que me sacudían, a veces sin casi tregua.  Mientras, mi cabeza iba de Hawai a Bombay, en esos recorrido míos mentales en los que me voy enmadejando como una mosca en una tela de araña.  Personas, escenas, palabras se me presentaban como fantasmas de Dickens para recordarme que quizá nunca debí confiar en alguien, o  llevar a cabo una tarea, o decir lo que dije y no lo debía de decir, rompiendo mi principio de mejor excusarse que arrepentirse.

Al final la habitación se ha llenado de imágenes, de sonidos  oscuros elaborados por mi mente que no han hecho otra cosa que hurtarme todavía más el descanso, mientras la soledad en tan triste compañía, como un edredón frío, me ha envuelto  en un sudario y con ella  he caído en un sopor de sueños imposibles hasta el amanecer.